Los ecosistemas que respiran gracias a la cuarentena

Mucho se habló a comienzos de año de un posible cierre de Playa Blanca, esto por el deterioro que el ecosistema comenzaba a demostrar por cuenta del exceso de visitantes que desbordaban su capacidad. Sin embargo las objeciones de muchos y la controversia que suscitó tal medida provocaron que esta eventualmente se dejara a un lado, y por el contrario, se llevaran a cabo otro tipo de controles en la zona.
A fecha de hoy, Playa Blanca ya lleva 10 días en soledad, y no fue precisamente por este motivo. Tuvo que llegar a Cartagena la pandemia del coronavirus, para que la Alcaldía de Cartagena decretara una cuarentena obligatoria y Parques Naturales, que administra Los Corales del Rosario y San Bernardo, del cual hace parte esta playa, tomara la decisión de cerrar el lugar al público.
La medida se tomó con el fin de evitar aglomeraciones que favorecieran la propagación del virus, sin embargo de forma colateral son los ecosistemas los que se han visto beneficiados y que de alguna manera han agradecido que los dejaran respirar así sea por un tiempo.
De hecho, el fin de semana pasado, la bahía de Cartagena sorprendió con dos fenómenos naturales que tenían tiempo de no verse en la ciudad: por un lado los colores cristalinos que caracterizan al cuerpo de agua volvieron a aparecer, y por otro, se pudo observar especies de delfines nadando por la bahía ante las restricciones para la circulación de embarcaciones que fueron impuestas.
“Esto se debe a que los niveles de contaminación están bajando considerablemente por el cierre de las actividades humanas, al bajar los vertimientos en nuestra bahía se da la cristalización de las aguas. Por supuesto en Barú, Playa Blanca y otros sectores, las especies también van a comenzar a tomar sus territorios ancestrales”, señala el ambientalista George Salgado.
Salgado apunta que en general el medioambiente en Cartagena tendrá unos cambios muy positivos en biorremedación y reproducción de especies que si bien no serán grandes porque estos procesos toman tiempo, sí serán significativos.
“El parón brusco de las actividades humanas tiene, paradójicamente, un gran beneficiado: el medioambiente. El descenso de la cantidad de desplazamientos en vehículos a motor, la disminución de la producción industrial y el consumo, se traduce en menos contaminación, aguas más limpias y cielos más claros. Bastó parar las actividades antropogénicas un par de días para ver cambios que no solo van desde lo visible sino desde lo anatómico de la naturaleza misma”, puntualiza Salgado.
El coordinador del Ecobloque, Rafael Vergara, asegura que el reverdecimiento de las zonas y la reducción en los gases de invernadero en el marco de esta pandemia debe llevar a los cartageneros a concienciarse sobre el impacto que ejercen en el medioambiente. “Esto nos tiene que llevar a comprender que el modelo en el que estamos viviendo no es sostenible, tenemos que cambiar nuestra manera de producir. Esta situación nos muestra que hay otra pandemia que no podemos seguir ignorando y es la del cambio climático, tenemos que pensar en eso”, asegura.
Igualmente el ambientalista George Salgado afirma que luego de que pase la pandemia deben fortalecerse los programas sociales que coadyuven a mantener el cuidado del ambiente, una vez se retomen las actividades económicas y productivas. “La autoridad ambiental, EPA, Cardique y toda la Alcaldía, deben hacer políticas de conservación de fauna y flora e inversión, y continuar con las restricciones que legalmente establece la Constitución Política en términos de medioambiente”, manifestó.