Peso Pluma sigue rompiendo fronteras con su particular estilo para cantar
El cantante mexicano ha sido la nueva revelación del género regional mexicano, el cual sigue ocupando los primeros puestos de las listas de música mundiales.
Cantando en el show más popular de la televisión estadounidense, Peso Pluma , novísima estrella mexicana del corrido, consagra la popularidad mundial de un género que cuenta realidades y coquetea con el crimen organizado.
El repicar de guitarras y trombones de «Ella Baila Sola», «la canción latina número uno» en Estados Unidos, según la presentación del conductor Jimmy Fallon, arrancó gritos y aplausos en el debut televisivo en ese país del cantante de 23 años el pasado viernes.
Seis de sus temas -uno en solitario, cinco con otros artistas- escalan en el Hot 100 de la revista Billboard y el Top 50 de la plataforma Spotify, referentes de la industria. Pero el corrido, una de las vertientes más populares del regional mexicano, género del norte del país, no avanza solo.
Bad Bunny, monarca del pop, bajó las revoluciones para entonar «Un x100to», romántica cumbia norteña con Grupo Frontera, banda tejana que disputa las preferencias con Peso Pluma. El auge sorprende, pues Hassan Emilio Kabande Laija, nombre de Peso Pluma, era un desconocido para la mayoría de mexicanos hace poco, aunque amantes del género lo vieron surgir desde 2022.
Su voz grave y estilo franco, que recuerdan el ímpetu «ranchero» del desaparecido cantante Valentín Elizalde, contrastan con su aspecto desgarbado y adolescente, apuntan expertos. Lejos del tradicional macho de botas y sombrero, Peso Pluma prefiere usar ropa extragrande, zapatillas y gorras de diseñador, de estilo rapero o reguetonero.
Detrás de Peso Pluma no hay una moda «fugaz», sino un «fenómeno sociocultural» forjado en la intensa dinámica mexicoamericana, considera Alejandro Grageda, responsable de colaboración entre artistas y sellos de Spotify México.
El grueso de sus oyentes son jóvenes de la generación Z (veinteañeros), migrantes o estadounidenses de primera generación que crecieron entre la música tradicional de sus padres y la de su nuevo país, explica Grageda a la AFP. Refleja un «fenómeno binacional», cuya esencia mestiza atrae y alimenta otros géneros, añade.