Pitalito se raja en seguridad, cultura y tránsito

El  2020, fue sin duda un año completamente atípico para la sociedad, debido a la pandemia generada por el Covid-19, a esto no escaparon los gobernantes, quienes tuvieron además la ardua tarea de hacer gestiones exprés para mejorar la capacidad instalada en centros asistenciales, para la atención de pacientes contagiados en fases críticas. A pesar del aumento de las unidades de cuidados intensivos, Pitalito tuvo una tasa de mortalidad por encima de la media nacional, con cierre al 31 de diciembre de 160 fallecidos, más 12 por causas coincidentes y un total de 3.656 contagiados y 99 casos activos.

 

Seguridad

 

En materia de seguridad, a nivel nacional, Colombia cerró el 2020 con la tasa de homicidios más baja de los últimos 46 años; según explicó el periódico El Tiempo, 23,79 por cada 100.000 habitantes fue la tasa de homicidio del  2020, mientras la última cifra similar se registró en 1974, donde, la tasa llegó a 24 por cada 100.000 habitantes.

No obstante, Pitalito no hace parte del mismo buen balance nacional y cierra el año, siendo el municipio con la tasa de homicidios más alta del Huila, según lo indicó el secretario de gobierno departamental Franky Vega Murcia.

En comparación con el año anterior, Pitalito tuvo 4 homicidios por encima del 2019, registrando un total de 32 muertes violentas, con 8 homicidios registrados en el último mes.

En relación a los demás delitos, la disminución fue apenas notoria teniendo en cuenta, que la pandemia obligó a realizar confinamiento, toque de queda y otras medidas que limitaron la libre locomoción; la extorsión pasó de 25 a 18 casos denunciados en 2020, lesiones personales pasó de 422 a 413 casos, en relación a hurto a residencias en 2019 se registraron 186 casos y en 2020, 119. Hurto a comercio cerró con 88 casos denunciados, y hurto a personas pasó de 752 en el año 2019 a  579 en 2020. Se registraron 6 hurtos de automóviles y 215 motocicletas, igualmente se hicieron 425 denuncias por hurto de teléfonos celulares.

Aunque se ha presentado una leve disminución en el delito, según las estadísticas, que además, no evidencian la realidad, en cuanto no toda la comunidad denuncia los hechos delictivos que se viven a diario, la operatividad en el municipio si ha presentado una disminución proporcional: las capturas en flagrancia disminuyeron en un 31%, las capturas bajo ley 906 bajaron un 38%, capturas bajo ley 600 bajaron un 50%, la recuperación de vehículos disminuyó un 60%, en un 37% disminuyó la recuperación de motocicletas hurtadas; la incautación de cocaína tuvo una disminución del 90%, de base de coca 56%, bazuco 42% y marihuana 89%. En materia de operatividad solo hubo aumento en incautación de armas de fuego sin permiso, en un 5% en relación al 2019, y aumentaron los consejos de seguridad, pasando de 5 realizados en 2019 un total de 7 en el 2020.

Ahora bien, la percepción de seguridad, que no se consolida en estadísticas ha aumentado en gran medida en el año 2020, el sector rural ha sido uno de los más golpeados, con un gran índice de hechos delictivos en el último periodo, debido a la cosecha del café; hurtos, homicidios, y falta de presencia institucional fue el común denominador para el campo laboyano, en donde las unidades del ejército brillaron por ausencia.

El 2020 no fue precisamente el año de seguridad para Pitalito, a pesar de las estrategias como “El plan victoria” que permitieron la llegada de nuevas unidades policiales y que terminó con la condecoración del alcalde Edgar Muñoz el pasado 16 de diciembre en el marco del aniversario N65 de la Dirección de Tránsito y Transporte de la policía. “Es así que este reconocimiento en nombre del país, resalta la ardua labor del alcalde Edgar Muñoz en crear estrategias interinstitucionales que garanticen mejores condiciones para la comunidad de Pitalito.”, un reconocimiento que ha causado toda clase de reacciones y polémica entre los habitantes de la insegura segunda ciudad del Huila.

 

Cultura

 

La cultura y el deporte, que le han dado tantos reconocimientos a Pitalito, no son  precisamente los que mejor resultados tengan en gestión desde la institucionalidad. El año 2020 y debido a la pandemia, las instituciones debieron replantearse la forma de llegar a la comunidad, siendo la virtualidad y la atención casi que personalizada la que brindó algunas posibilidades para los docentes de las escuelas de formación artística y deportiva.

El año anterior, primer año de vigencia de la administración “Pitalito Región que vive”, el Instituto de Cultura, Recreación y Deporte contó con la pequeña cifra de $1.303 millones de pesos, de los cuales $623 fueron para la inversión de cultura y $680 para la inversión de Recreación y Deporte; a pesar de ser una cifra tan mínima, la directora Diana Marcela Molina Argote, reasignó el presupuesto quitándole aproximadamente $150 millones de pesos al sector cultural del municipio para asignarlo a gastos de funcionamiento como aseo y vigilancia, la directora además, que llegó de ejercer el cargo como secretaria departamental de cultura, no realizó la gestión de un solo proyecto para la vigencia 2020 que permitiera el mejoramiento de los procesos culturales y deportivos.

Molina Argote, quien no realizó ni la respectiva gestión ante el municipio para obtener el presupuesto del ICRD, se vio en la obligación de reducir el salario de los instructores para cubrir el año sin tener que despedirlos, no obstante, ninguna actividad se realizó en el mes de diciembre, uno por falta de presupuesto, y dos, porque el contrato de los instructores venció el 09 de diciembre.

El año cultural resaltó por sus actividades como el programa de cultura en movimiento, notas culturales y el programa Hamaca de mil colores,  liderado por las escuelas de formación artística, igualmente se realizó una agenda cultural, que se desarrolló desde el mes de agosto hasta octubre en coordinación con el Ministerio de Cultura a través del programa nacional de concertación cultural, este proyecto que permitió la gestión de $19 millones de pesos, hace parte del trabajo realizado desde hace varios años por la coordinación de cultura en cabeza de Maritzabel Guzmán y permitió que se desarrollaran las distintas actividades programadas en la semana cultural en el marco del XXI Festival Cultural Laboyano.

En materia deportiva, la actividad de mayor acogida, se tuvo en los meses de total confinamiento, en donde a través del proyecto, “El ICRD llega a tu cuadra con deporte” se logró un gran impacto, en donde los instructores, con un pequeño sonido improvisado, y con un equipo de distintas modalidades deportivas haciendo actividad física, lograron llegar a más de 3000 personas en todas las comunas del municipio. A estas actividades tampoco asistió en ninguna oportunidad la directora del Instituto de cultura, recreación y deporte.

Para finalizar su nula gestión, Molina Argote sólo iba a su trabajo en horas de la tarde, y ya era una queja generalizada por quienes iban a buscarla en horas de la mañana y nunca la encontraban.

El 2020 terminó sin ninguna actividad de relevancia liderado por la directora del ICRD; en proceso de revisión permanecen dos proyectos, uno para el fortalecimiento del centro cultural y otro para la realización de la semana cultural en 2021.

 

 

INTRAPITALITO

El Instituto de tránsito y transporte de Pitalito, realiza en un promedio 900 comparendos al mes, no obstante y debido a la pandemia, se realizaron aproximadamente 5000 comparendos en el año 2020; los guardas de tránsito realizan desde 100 a un 1 comparendo en el mes.

Por ejemplo, en el mes de junio, INTRAPITALITO realizó 906 comparendos y en el mes de julio se realizaron 936, siendo Jessica Alexandra Beltrán, Jorge Eduardo García, Oscar Javier Martínez y William Cabrera, quienes más ordenes de comparendo generaron con 122, 80,66 y 62 respectivamente.

A pesar, de ser un número considerable de comparendos, lo cual evidencia la falta de cultura ciudadana, las campañas de pedagogía fueron un saludo a la bandera, que comprendieron un par de vallas y algunas personas de pie al lado de un semáforo, sin embargo, el convenio administrativo para dicha campaña tuvo un costo de $120 millones de pesos.

La central semafórica del municipio se encuentra en pésimas condiciones, y estuvo así durante todo el año, sin que se realizara un verdadero mantenimiento, algunos repuestos eran utilizados de otros semáforos menos centrales, para reparar los semáforos que más caos en la movilidad generaron.

A pesar de los daños constantes, del problema de movilidad, y del peligro de accidentes de tránsito, la directora del Instituto no envió a sus guardas de tránsito a controlar el tráfico, producto de las fallas semafóricas.

El terreno ganado en el espacio público, y zonas de parqueo en el municipio, se fueron lanza en ristre en el 2020, pues los vehículos se parquean por doquier, y la cultura ciudadana sigue siendo una actividad relegada y de poca importancia para el instituto de tránsito.

La nueva sede administrativa que fue inaugurada, pero que fue realizada con presupuesto de la anterior administración, aún no ha sido puesta en funcionamiento, y las oficinas principales siguen funcionando en las instalaciones del instituto de tránsito y transporte.

Para finalizar, y aunque no es un delito, la directora Claudia Patricia Gómez Torres realizó un contrato con el señor Oscar Humberto Torres Carvajal, primo de la funcionaria, por un valor de $21 millones de pesos, para la aplicación de pintura de tráfico pesado, con el fin de señalizar puntos críticos de accidentalidad de la zona céntrica del municipio de Pitalito, un hecho que éticamente deja mucho que pensar, en relación a la burocracia con la que ha sido manejada la actual administración, que ya ha tenido varias denuncias mediáticas al respecto.

Tránsito, no cumplió ni con el mínimo propuesto en la campaña del actual alcalde de Pitalito.

 

 

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