Secretaría de Salud del Huila hará entrega de toldillos como estrategia para prevenir la Leishmaniasis

 Secretaría de Salud del Huila hará entrega de toldillos como estrategia para prevenir la Leishmaniasis

Una jornada especial adelantará la Secretaría de Salud del Huila este jueves, para realizar la entrega de los toldillos que tiene como objetivo principal ejercer prevención y evitar la propagación de la Leishmaniasis, una enfermedad que se transmite por contacto con insectos.

Según señalan los expertos de la Secretaría de Salud, la Leishmaniasis es una enfermedad zootécnica de transmisión vectorial por una mosca, con ciclo de transmisión complejo que involucra diversidad de parásitos, reservorios y vectores. Para hacer frente a esta patología, se adelantará una jornada que estará liderada por el secretario de Salud del Departamento, Sergio Mauricio Zúñiga y está prevista para las 7:30 de la mañana.

En esta actividad, han sido convocadas las autoridades de salud de los municipios de Neiva, Pitalito, Palermo y Rivera en el marco de una iniciativa promovida por el Ministerio de Salud y Protección Social con la que se pretende eliminar los casos de Leishmaniasis Visceral en el departamento del Huila.

Cabe señalar que históricamente los municipios con mayor incidencia en el número de casos de Leishmaniasis Visceral han sido Neiva, Palermo y Rivera, zonas en las que se mantiene control y vigilancia permanente, para evitar la presencia de casos protegiendo a la población huilense.

Según Carlos Alberto Lozano, coordinador del área de Enfermedades Trasmisibles por Vectores de la secretaria de Salud, en el Huila la proliferación de esta enfermedad se mantiene controlada, pero se siguen haciendo monitoreos permanentes por lo que esta jornada de entrega de toldillos es una manera de contribuir en la prevención de la enfermedad.

La Leishmaniasis

Las leishmanias se transmiten por la picadura de flebótomos hembra infectados, que necesitan ingerir sangre para producir huevos. Hay unas 70 especies animales, entre ellas el ser humano, que pueden ser fuente de transmisión del parásito.
La leishmaniasis cutánea, que es la forma habitual, presenta una epidemiología compleja: varios animales son fuente de transmisión del parásito y en un mismo ámbito geográfico pueden coincidir muchos tipos de flebótomos y varias especies de Leishmania. El Brasil es el principal país de la región con leishmaniasis visceral endémica.

Principales factores de riesgo

La pobreza aumenta el riesgo de leishmaniasis. Las malas condiciones de alojamiento y la insalubridad de las zonas de vivienda (falta de sistemas de gestión de desechos, alcantarillado a cielo abierto, etc.) favorecen la aparición de nichos donde los flebótomos pueden posarse, reproducirse y acceder fácilmente a la población humana. Las viviendas abarrotadas atraen a los flebótomos porque les resulta más fácil picar a las personas y alimentarse de su sangre. Ciertos comportamientos humanos, como el hecho de dormir a la intemperie o en el suelo, también pueden acrecentar el riesgo.

Malnutrición

Los regímenes alimentarios pobres en energía proteínica, hierro, vitamina A y zinc elevan el riesgo de que la infección evolucione hacia la enfermedad franca.

Las epidemias de leishmaniasis suelen surgir cuando un gran número de personas que no están inmunizadas se desplazan a zonas de intensa transmisión.

Los cambios ambientales que pueden influir en la incidencia de la leishmaniasis son, entre otros, la urbanización, la deforestación y la penetración del ser humano en zonas selváticas.

El cambio climático está influyendo en la propagación de la leishmaniasis por los cambios que induce en las temperaturas y los regímenes de pluviosidad, que afectan al tamaño y la distribución geográfica de las poblaciones de flebótomos. Las sequías, hambrunas e inundaciones también obligan a las personas a desplazarse a zonas de intensa transmisión del parásito.

Diagnóstico y tratamiento

Las personas presumiblemente afectadas de leishmaniasis visceral deben solicitar atención médica de inmediato. El diagnóstico de la leishmaniasis visceral reposa en una combinación de signos clínicos y pruebas parasitológicas o serológicas (como pruebas de diagnóstico rápido). Las pruebas serológicas son de poca utilidad en el caso de la leishmaniasis cutánea y mucocutánea, cuyo diagnóstico se confirma cuando los análisis parasitológicos corroboran las manifestaciones clínicas.

El tratamiento de la leishmaniasis depende de varios factores, en particular la forma de la enfermedad, la presencia o ausencia de patologías concomitantes, la especie del parásito y la localización geográfica. La leishmaniasis se puede tratar y curar, pero para ello es necesario un sistema inmunitario competente porque los medicamentos, por sí solos, no eliminarán el parásito del organismo. De ahí el riesgo de recidiva en caso de inmunodepresión. Hay que administrar de inmediato un tratamiento completo a todo paciente al que se haya diagnosticado leishmaniasis visceral. En el número 949 de la Serie de Informes Técnicos de la OMS, dedicado a la lucha contra la leishmaniasis, así como en las más recientes directrices publicadas sobre la leishmaniasis y el VIH en el este de África y Asia Sudoriental y
en las directrices para el tratamiento de la leishmaniasis en la Región de las Américas, se ofrece información detallada sobre el tratamiento de esta enfermedad.

Prevención y control

La prevención y el control de la propagación de la leishmaniasis es una empresa compleja, que requiere el uso de muchas herramientas. Las principales estrategias reposan en los procedimientos enumerados a continuación.

El diagnóstico precoz y la rápida administración de un tratamiento eficaz reducen la prevalencia de la enfermedad y previenen la discapacidad y la muerte, ayudando a reducir la transmisión y a vigilar la propagación y la carga de morbilidad. Existen fármacos muy eficaces y seguros contra la enfermedad, especialmente contra la forma visceral, aunque a veces son difíciles de utilizar. El acceso a estos medicamentos ha mejorado sensiblemente gracias a un mecanismo de precios negociados por la OMS y a un programa de donación de medicamentos por conducto de la Organización.

La lucha antivectorial ayuda a reducir o interrumpir la transmisión de la enfermedad reduciendo el número de flebótomos. Entre los métodos de lucha destacan la fumigación con insecticidas, el uso de mosquiteros tratados con insecticida, la gestión de las condiciones del medio y la protección personal.

La eficaz vigilancia de la enfermedad es importante para seguir de cerca su evolución y actuar rápidamente en caso de epidemia o cuando se registren elevadas tasas de letalidad en personas bajo tratamiento.

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