Volcán Nevado del Ruiz vuelve a alerta amarilla
El nivel de actividad del volcán Nevado del Ruiz se redujo de nuevo a amarillo en la tarde de este martes tras permanecer por dos meses y 28 días en nivel naranja, desde el pasado 30 de marzo. Así lo confirmó el Servicio Geológico Colombiano (SGC), entidad adscrita al Ministerio de Minas y Energía, mediante un comunicado, argumentando que durante las últimas semanas se ha registrado una «disminución paulatina en varios parámetros monitoreados» de esta estructura geológica.
En el comunicado, el SGC manifestó que esta decisión fue posible, debido a que el comportamiento del volcán ha retornado a un nivel de menor inestabilidad y que ha disminuido la probabilidad de ocurrencia de una erupción de magnitud considerable en términos de días o semanas.
Si bien el volcán continúa inestable, durante varias semanas los cambios en los parámetros evaluados no han sido drásticos y, por el contrario, han empezado a presentar fluctuaciones menores con tendencia a la disminución. Esto muestra que la probabilidad de que, en cuestión de días o semanas el volcán haga una erupción mayor a las que ha hecho en los últimos once años, ha disminuido notoriamente.
Al respecto, John Makario Londoño, director técnico de geoamenazas del SGC, explicó: “El Ruiz se encuentra como un paciente que lleva muchos días en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), que ha empezado a estabilizarse y que, por esa razón, es trasladado a una habitación con toda la precaución del caso. No obstante, así como el paciente que ahora está en habitación puede empeorar y volver a la UCI, la actividad del volcán Nevado del Ruiz puede incrementar de manera importante y repentina, lo que aumentaría la probabilidad de que haga una erupción considerable y nos obligaría a volver a nivel Naranja para prevenir al máximo los impactos de una eventual erupción. Estos fenómenos naturales no son predecibles y, por lo tanto, la clave está en mantenernos preparados y atentos a la evolución de la actividad del volcán”.
Asimismo, Julio Fierro Morales, director general del SGC, dijo que la elevación del nivel de actividad en marzo permitió que el Sistema Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres se activara y tomara acciones pertinentes para estar preparados ante una eventual erupción considerable. «En consecuencia, hoy estamos más preparados para ello que hace tres meses”, agregó.
Los indicios
Los parámetros monitoreados permanentemente por la entidad que posibilitaron el descenso a nivel amarillo tras 89 días de permanecer en naranja fueron:
- Un descenso paulatino en la sismicidad relacionada con el fracturamiento de roca al interior de la estructura volcánica. Después de alcanzar las mayores tasas diarias (el 29 y el 30 de marzo) desde que se inició el monitoreo instrumental del volcán en 1985, este tipo de sismicidad retornó a los niveles que se tenían antes del 24 de marzo, fecha en que comenzó a incrementar considerablemente.
- La localización de los eventos sísmicos es variable y dispersa alrededor del cráter sin mostrar ningún patrón en la profundidad, como se ha reportado en las últimas semanas. Esto difiere notoriamente del momento en que la sismicidad migró a lo largo de la falla La Palestina desde el sector suroccidental del volcán hacia el cráter Arenas con un patrón de mayor a menor profundidad.
- Los niveles de energía de los sismos de fracturamiento de roca son menores a los registrados durante la última semana de marzo y las primeras semanas de abril.
- Actualmente, el registro de sismos de baja energía en el cráter Arenas -relacionados con la actividad sísmica asociada a la protuberancia o domo de lava existente en el fondo del cráter- es ocasional (el 13 de abril ocurrió el mayor número de sismos de este tipo desde el 2015, año en que se observaron por primera vez).
- La sismicidad asociada al movimiento de fluidos al interior de los conductos volcánicos registra variaciones en el número de sismos y en los niveles de energía liberada, pero no muestra cambios significativos que sugieran el movimiento de magma hacia niveles más superficiales.
- Los procesos de desgasificación relacionados con la descarga de gases como el dióxido de azufre (SO2) y vapor de agua a la atmósfera no han tenido variaciones significativas en las últimas semanas, las cuales indiquen procesos de presurización del sistema volcánico y/o ascenso de magma a la superficie.
- La deformación de la superficie volcánica es menor y no se evidencian procesos importantes de este tipo en el volcán.
- Las emisiones pulsátiles y continuas de ceniza han disminuido.
- El nivel de energía de las anomalías térmicas detectadas en el fondo del cráter ha disminuido en comparación a los reportados entre el 7 y eñ 26 de abril, que alcanzaron valores similares a los presentados en el 2015, cuando ocurrió el proceso de extrusión y emplazamiento del domo de lava en el cráter Arenas.
Continúa la inestabilidad
El Servicio Geológico Colombiano aclara que, aunque el nivel de actividad cambie a Amarillo (III), el volcán Nevado del Ruiz todavía se encuentra inestable. Aún es posible que se registren algunos fenómenos contemplados en este nivel de actividad como el aumento en la actividad sísmica, sismos sentidos, emisiones de cenizas, lahares, cambios morfológicos, ruidos, olores de gases volcánicos, entre otros, que, incluso, podrían alterar la calidad de vida de las poblaciones en la zona de influencia volcánica.
«Como lo hemos mencionado, el volcán puede desestabilizarse rápidamente, lo que conllevaría a retornar a nivel Naranja o, incluso, a pasar a nivel Rojo, y es necesario que la comunidad en general esté atenta a la evolución de la actividad volcánica», concluye el SGC.