Daymé Arocena: «Salir de Cuba es como entrar en una máquina del tiempo. Salir de los años 60 y montarse directamente en el presente»

Daymé Arocena (La Habana, 1992) dice que algunas personas temen llamarle «negra».
«Es como si fuera una palabra hiriente», comenta la cantante y compositora conocida por fusionar la música afrocubana con jazz, soul, funk y otros géneros contemporáneos.
Es principios de diciembre y visita las oficinas de BBC Mundo en Miami antes de presentarse en el restaurante Kubacabana en el oeste de la ciudad.
En noviembre subió al escenario de los Latin Grammy, también en Miami, luego de ser nominada a mejor canción por «A fuego lento», que produjo con el dominicano Vicente García y que es parte «Alkemi», su quinto álbum de estudio.
Arocena creció en una familia numerosa del barrio Santos Suárez de la capital de la isla caribeña.
Pese a su éxito, cuando caminaba en su vecindario, en ocasiones, decidía cambiarse de acera por no enfrentar abuso y racismo.
Una violencia que, asegura, de la que le costó sanar, y que incluso enfrentó -y enfrenta- en la industria musical.
La misma ciudad que fue epicentro de su dolor también la formó en la música.
A los 10 años ingresó al conservatorio Alejandro García Cartula, en el que estudió música clásica.
La Habana también fue el lugar en donde conoció los géneros musicales presentes en su obra, que de igual modo está influenciada por ritmos yoruba, una fe que practica.
Desde 2017 vive en Puerto Rico, luego de pasar un tiempo en Canadá, y de haber escapado de Cuba después de que el gobierno de la isla cuestionara su arte y lo tachara de «capitalista».