.»No insulten a los líderes. No juzguen»: qué vieron en Corea del Norte los primeros turistas que entraron en el país tras 5 años de fronteras cerradas

 .»No insulten a los líderes. No juzguen»: qué vieron en Corea del Norte los primeros turistas que entraron en el país tras 5 años de fronteras cerradas

No insulten a los líderes. No insulten a la ideología. Y no juzguen.

Estas son las reglas que los guías leen a los turistas occidentales mientras se preparan para cruzar la frontera con Corea del Norte, posiblemente el país más hermético y represivo del mundo.

Luego está la información práctica: no hay señal de teléfono, ni internet, ni cajeros automáticos.

«Los norcoreanos no son robots. Tienen opiniones, objetivos y sentido del humor. Y en nuestras sesiones informativas alentamos a la gente a escucharlos y comprenderlos», afirma Rowan Beard, director de Young Pioneer Tours, una de las dos empresas occidentales que reanudaron los viajes al país la semana pasada tras una pausa de cinco años.

El primer viaje en años

Corea del Norte cerró sus fronteras al comienzo de la pandemia, dejando fuera a diplomáticos, trabajadores humanitarios y viajeros, y convirtiendo en una tarea casi imposible saber qué estaba sucediendo allí.

Desde entonces se ha aislado aún más de la mayor parte del mundo, dependiendo del apoyo de Rusia y China. Muchos dudaban de que los occidentales pudieran volver a entrar.

Pero después de años de peticiones y varios intentos fallidos, Rowan y otros guías turísticos recibieron luz verde para reiniciar las operaciones. En solo cinco horas reunió a un grupo de ansiosos viajeros que no querían perder la oportunidad. La mayoría eran vloggers o adictos a los viajes, algunos querían tachar el último país de su lista, y no faltaba algún que otro entusiasta de Corea del Norte.

Los turistas, procedentes del Reino Unido, Francia, Alemania y Australia, cruzaron la frontera desde China hasta la remota zona de Rason para un viaje de cuatro noches.

Una ciudad diferente

Ben Weston, uno de los guías, comparó la visita a Corea del Norte con «un viaje escolar». «No puedes salir del hotel sin los guías», comentó.

«Un par de veces incluso tuve que avisarles para usar el baño. Nunca he tenido que hacer eso en ningún lugar del mundo», agregó.

Pese a la compañía constante, Mike pudo ver fragmentos de la vida real: «todo el mundo estaba trabajando, no parecía que nadie estuviera pasando el rato. Fue un poco desolador verlo».

En su trayecto a la escuela, un grupo de niños de ocho años realizó un baile con animaciones de misiles balísticos que alcanzaban objetivos. Un video del espectáculo mostraba a niñas y niños con corbatas rojas, cantando mientras detonaban explosiones en una pantalla detrás de ellos.

A los turistas los mantuvieron alejados de la capital, Pyongyang. Greg Vaczi, de Koryo Tours, la otra compañía de viajes a la que se permitió volver a entrar, admite que en el itinerario faltaban los monumentos más emblemáticos de Pyongyang.

Sospecha que las autoridades eligieron Rason como destino porque la zona está relativamente aislada y es fácil de controlar.

Creada como una zona económica especial para probar nuevas políticas financieras, funciona como un mini enclave capitalista dentro de un Estado socialista. Los empresarios chinos dirigen compañías conjuntas con los norcoreanos y pueden entrar y salir con relativa libertad.

Joe Smith, un experimentado viajero de Corea del Norte y exredactor en la plataforma especializada en Corea del Norte NK News, estuvo allí por tercera vez: «Siento que cuantas más veces lo visitas, menos sabes. Cada vez que lo haces consigues echar un vistazo tras la cortina, lo que te deja con más preguntas», indicó.

El momento más destacado de Joe fue una visita sorpresa fuera de agenda a un mercado de artículos de lujo donde la gente vendía vaqueros y perfumes junto con bolsos Louis Vuitton falsos y lavadoras japonesas, probablemente importadas de China.

En este lugar, a los turistas no se les permitió tomar fotografías, en un aparente intento de ocultar esta burbuja de consumismo al resto del país.

«Este era el único lugar donde la gente no nos esperaba», afirmó Joe. «Parecía desordenado y real; un lugar al que van los norcoreanos de a pie. Me encantó».

Tomada de BBC

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

AL AIRE
La Poderosa del Huila