¿Qué sucedió en el hospital de Pitalito con la confusión de cadáveres?

La situación que se puede considerar gravísima al confundir los cuerpos a familiares quienes hoy se encuentra confundidos, deja ver una serie de inconsistencias  en los procedimientos en la que está vinculado una muerte violenta por accidente de tránsito, al que no fue posible realizar el procedimiento de necropsia para sustentar las causas, en el entendido que ésta persona fue arrollada por un motociclista en aparente estado de embriaguez.

Existe una situación relevante y es que no eran dos cuerpos lo que en este momento entregaba el centro asistencial, sino tres concretamente; dos relacionados a muerte Natural y el del accidente de tránsito.

La Cadena de errores” – como lo han denominado los analistas-, parte desde el momento en que se produce el deceso del señor Hernán Henao Gómez de 76 años ingresado por el accidente de tránsito y remitido desde el Municipio de Timaná; esta persona fallece sobre las 9 de la noche del jueves 23 de abril y solo 20 horas después el personal judicial acudía a buscar el cuerpo para los actos urgentes de  levantamiento o inspección del cadáver.

Otra de las posibles falencias, es que el día viernes 24  de abril, se encontraban dos cuerpos más, uno relacionado al de la señora María Josefa Paladines de 90 años la cual se encontraba recluida desde hacía ocho días, – según la familia- y de otra mujer “parapléjica”, ambas asociadas por muerte natural en circunstancias distintas.

El tercer error, es que al parecer el Hospital No cuenta con un sitio donde aísle los cadáveres por muertes asociadas a COVID y fallecimientos violentos;  pero además todos son rotulados con embalaje, como se evidenció con las tres personas antes mencionadas. (Esta situación podría generar confusión al momento de entrega de cuerpos debido a que no se permite la identificación ocular).

Hay que indicar que sobre las 2 de la tarde del  viernes anterior, llaman inicialmente a una funeraria para hacer la entrega supuestamente del cuerpo de la adulta de 90 años; según se logró conocer, con el acuerdo de la familia  y acatando los protocolos correspondientes se hizo el traslado hasta el cementerio “el Campanario” para servicio de sepultura.

Sin embargo, y de acuerdo con los allegados, de un momento a otro en el campo santo cambiaron la determinación y el cuerpo fue cremado sin su consentimiento previo; ¿quién entonces autorizó ese procedimiento?, realmente tenía el respectivo protocolo o ruta de verificación del cuerpo, pero además, ¿qué sucedió con la autorización de la familia?.

En relación a los otros dos cuerpos, sobre las 3:00  de la tarde aproximadamente, se hizo la entrega de uno de ellos, en este caso de una segunda mujer a otra empresa funeraria, la cual procedió igualmente a su traslado, esta vez con sepultura en tierra que se hizo en el centro Poblado de Guacacallo sin ningún contratiempo.

Ya en horas de la tarde, es cuando personal judicial procede a buscar el cuerpo del adulto fallecido por accidente de tránsito en Timaná, pero al proceder se dan cuenta que el cadáver último, no correspondía a esa persona sino el de la abuelita María Josefa.

Al buscar el “cuerpo extraviado”, comienzan a indagar a las funerarias que prestaron los anteriores servicios, corroborando que la persona que fue cremada sin el consentimiento de la familia,  era el señor del accidente y no la adulta mayor.

Serán las autoridades correspondientes quienes investigues estas posibles falencias y generar la responsabilidad de los hechos, como quiera que para el caso del accidente de tránsito no queda ningún sustento de necropsia para los procedimientos judiciales ante el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito SOAT.

 

 

Alfredo Carvajal

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

--:--
--:--
  • cover
    Radio En Vivo