La muerte «imperdonable» de un adolescente a manos de la policía cerca de París que encendió violentas protestas en Francia
«Nada justifica la muerte de un joven (…). Es inexplicable, imperdonable».
Con estas palabras reaccionó este miércoles el presidente de Francia, Emmanuel Macron, a la noticia de que un joven de 17 años de edad había muerto el martes a manos de la policía durante un control de tráfico en Nanterre, cerca de París.
El mandatario hizo un llamado a la “calma para que se haga justicia”, mientras ocurría una segunda jornada de violentas protestas en la localidad en la que murió el adolescente y en otras ciudades francesas, que dejó al menos 180 detenidos.
Las palabras de Macron parecían destinadas a tratar de apaciguar la atmósfera inflamable en el país, pues la muerte del joven de origen norteafricano -identificado solamente como Nahel- ha causado una gran conmoción, especialmente entre las comunidades de los suburbios desfavorecidos de las grandes ciudades.
El video del incidente que circula en las redes sociales muestra a un agente apuntando con un arma al conductor de un automóvil, antes de que se escuche un disparo y el automóvil se detenga.
El adolescente murió por heridas de bala en el tórax, a pesar de haber recibido atención de los servicios de emergencia.
Por su parte, el policía que le disparó -quien afirma que lo hizo porque sintió que su vida estaba en peligro- está detenido y ha sido imputado por homicidio voluntario.
Las palabras de Macron no han caído bien entre los sindicatos policiales.
Protestas y seguridad reforzada
Nahel provenía de una familia franco-argelina, dijo un vecino a la agencia de noticias Reuters.
Un análisis de la misma Reuters encontró que la mayoría de los muertos por la policía en paradas de tráfico desde 2017 eran negros o árabes.
En Nanterre, la localidad al oeste de París donde fue abatido por la policía, este jueves hubo una manifestación pacífica en la que participaron miles de personas y que estuvo encabezada por Yassine Bouzrou, la madre de Nahel.
Entrada la tarde, sin embargo, empezaron a verse columnas de humo en el cielo y fuegos en las calles.
Previamente, la noche del miércoles, en esa localidad fueron incendiados vehículos y las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, algunos de los cuales habían levantado barricadas.
“Esto parece una zona de guerra”, comentó un vecino la mañana del jueves, entre carros dados vuelta y vidrios rotos.
«Muchas personas en esta comunidad están profundamente conmocionadas y dolidas por lo que sucedió. Es poco probable que su ira desaparezca pronto, lo que significa que podrían ocurrir más enfrentamientos en los próximos días», informó la enviada especial de la BBC a esa localidad, Sofia Bettiza.
Pero las protestas no se limitaron a Nanterre.
La policía de París dijo que habían contenido «episodios esporádicos» de nueva violencia, mientras en Toulouse, los manifestantes iniciaron un incendio y arrojaron piedras a los bomberos mientras intentaban apagarlo.
Los manifestantes también se enfrentaron con los uniformados en la ciudad norteña de Lille.
El jueves se anunció que 40.000 policías serían desplegados en las calles de varias ciudades francesas en previsión de nuevos disturbios.
En previsión de nuevos disturbios, las autoridades de París y de sus alrededores anunciaron la suspensión del servicio de autobús y tranvía a partir de las 9:00 pm.
Al mismo tiempo, las declaraciones de Macron cayeron mal entre los sindicatos policiales, que acusaron al presidente de apresurarse a juzgar a los agentes involucrados.
El sindicato Alliance Police pidió que se presuma su inocencia hasta que sean declarados culpables, mientras que la rival Unité SGP Police también habló de intervenciones políticas que fomentaban el «odio anti-policía».
Según los medios franceses, la policía sugirió inicialmente que el adolescente conducía su automóvil hacia ellos con la intención de atacarlos.
Pero las imágenes publicadas en línea y verificadas por la agencia de noticias AFP muestran a un agente apuntando su arma al conductor a través de su ventana y aparentemente disparando a quemarropa mientras este intenta irse.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, dijo que emprendería acciones legales contra otro sindicato, la Policía de Francia, luego de que publicara lo que calificó como un tuit «inaceptable y abyecto» que buscaba justificar la muerte del adolescente.
La primera ministra Élisabeth Borne también intervino y dijo que la intervención policial «manifiestamente no se ajustaba a las reglas».
En el momento del tiroteo, había otros dos jóvenes en el automóvil. Uno huyó mientras que el otro, también menor de edad, fue arrestado y retenido por la policía.
Nahel es la segunda persona este año en Francia que muere en un tiroteo policial durante un control de tráfico. El año pasado, un récord de 13 personas murieron de esta manera.
Manifestación
En un video publicado en TikTok, la madre de Nahel, Mounia, instó a la gente a unirse a ella en una marcha por su hijo.
Vengan, se los ruego, dijo. «Todos estaremos allí».
Las autoridades abrieron dos investigaciones separadas luego de la muerte del adolescente: una sobre un posible homicidio por parte de un funcionario público y otra sobre el hecho de que el conductor no detuvo su vehículo y el presunto intento de matar a un agente de policía.
El jefe de policía de París, Laurent Nuñez, le dijo a la estación de televisión francesa BFMTV que las acciones del policía «plantean interrogantes», aunque sugirió que el agente podría haberse sentido amenazado.
El abogado de la familia del joven de 17 años, Yassine Bouzrou, insistió en que se trataba de una defensa ilegítima y le dijo al mismo canal que el video «mostraba claramente a un policía matando a un joven a sangre fría».
Agregó que la familia había presentado una denuncia contra la policía por «mentir».